En la cuarta entrega de la serie de ‘making of’ de ‘Tras la Marca de Odín’ os traemos otro artículo de nuestro ilustrador, Manu Nieto, en el que describe el proceso de desarrollo y creación del arte conceptual del X-56 Fénix, el espectacular caza de combate experimental que aparece en ‘La marca de Odín: El despertar’. A continuación podéis leer el artículo completo junto a nuevas imágenes de su proceso creativo.
“El más moderno caza de combate jamás diseñado hasta la fecha. Heredero de proyectos como el X-44 Manta , era un avión sin cola, compuesto por una única ala también, con forma de cuña”.
Así se nos presenta en La Marca de Odín al vehículo estrella de las fuerzas aéreas estadounidenses. Además de la amplia descripción de sus capacidades armamentísticas y operativas a lo largo del libro, había una serie de indicaciones “Eyes only” y algunas referencias graficas, entre ellas el mencionado X-44, otros cazas de ala única o incluso aeronaves ficticias como los cazas de Robotech.
Me llamó especialmente la atención el diseño del F/A XX (1ª fotografia), un concepto de Boeing para un caza de sexta generación que tenía muchos elementos comunes con el X-56 como su carencia de cola o el ala única. Según palabras de Xavier Marcé, el Fénix tenía que ser mucho más avanzado que todos ellos. Para que tuviera un aspecto ultramoderno, cogí esa línea y le apliqué un concepto antiguo, el ala en flecha invertida.
El ala invertida es un diseño ruso que data de 1936, concepto que a pesar de sus virtudes acarreaba numerosos inconvenientes al no estar la tecnología de materiales ligeros suficientemente desarrollada en aquella época. Tanto es así que apenas se han construido una docena de modelos con esta configuración a lo largo de la historia de la aviación. Pero una de las ventajas de ser Concept Artist y no Ingeniero Aeronáutico es que no hay que preocuparse de nimiedades como esas (dentro de unos límites, claro).
De la misma manera que para muchos vehículos como naves o coches el perfil es la vista óptima para diseñar, es evidente que un avión muestra su mejor cara visto desde arriba por eso es esta la vista por la que se empieza a buscar la línea deseada y las otras vistas se pliegan a la principal.
Una de los puntos más importantes a la hora de abordar el Fénix es que había que tener en cuenta que es un caza modular, aunque no aparezca en esta primera entrega, el X-56 debe estar diseñado para acoplarse al módulo Cenizas Ardientes que lo tiene que colocar en órbita, es por ello que realicé un rápido boceto de cómo podría ser dicho módulo y de cómo se acoplaría al avión. Principalmente para asegurarme de que además de funcionar como diseño autónomo, el X-56 podía funcionar con ese añadido.
Una vez obtenida la línea deseada en las tres vistas principales se realiza una vista en perspectiva isométrica que es donde podremos apreciar claramente los volúmenes y el empaque que va a tener el prototipo. De nuevo a partir de un boceto a lápiz, se retoca en el ordenador para corregir algunas proporciones y se entinta limpiando la línea, en esta fase comienzan a aparecer algunos detalles, se define la forma de las toberas de entrada de aire, y se elimina una pequeña cola que tenía el boceto inicial.
A partir de este punto se comienza a dar volumen al avión, usualmente trabajo con una tinta plana de fondo y aplico un tono de luz y otro de sombra, con eso prácticamente queda definido casi cualquier objeto, después se van añadiendo sombras extremas y altas luces (sobre todo en las aristas cuando se trata de objetos mecánicos). Con algo de textura simulando las chapas metálicas y algunas pegatinas (extraídas de aviones actuales), el concept queda concluido.