Comparto una nueva entrega de ‘Tras La Marca de Odín: Creando una saga’ con la que intento acercaros al proceso de creación de todos los aspectos relacionados con el universo de ‘La marca de Odín’. En este capítulo voy a hablar sobre uno de los aspectos que más destacan en la trama del primer libro, el pilotaje de aviones de combate. Como bien sabréis, todos los que habéis leído ‘La marca de Odín: El despertar’ en su trama hay numerosas escenas de acción en las que intervienen aviones de combate. Hoy os detallaré un poco el proceso que seguí para documentarme y recrear, de la forma más fiel y dinámica posible, las increíbles secuencias que aparecen en el libro.
Todos tenemos grabado en nuestras retinas innumerables imágenes de acción y de combates aéreos de todas las películas que hemos visto. Quien no recuerda películas como Top Gun, Firefox, El vuelo del Intruder o Águila de Acero (y sus muchas secuelas), Tora Tora Tora, La batalla de Inglaterra y un montón más de la Segunda Guerra Mundial, que formaron parte de mi/nuestra infancia. Si a ellas les sumamos películas de ciencia ficción en la que los cazas espaciales eran los grandes protagonistas como las clásicas de Las guerras de las Galaxias, Starfighter o las más “recientes” Independence Day, Wing Commander, Serenity, Avatar… Encontramos un montón de referencias audiovisuales con las que partir de base con las que imaginar nuevas e increíbles situaciones.
Sin duda todas estas películas y muchas más, así como series de televisión como Galáctica: Estrella de Combate, la que, por cierto, siempre he dicho que es una de las grandes influencias de la saga, han influido mucho en mi percepción y forma de afrontar el apartado de las escenas de acción aéreas. Por otro lado, el poder hablar con pilotos de combate de verdad, que te cuenten sus vivencias, anécdotas y experiencias también ayuda mucho.
Pero claro, una cosa es ver una escena de acción o que te la cuenten y otra experimentarla por uno mismo. A la hora de crear y escribir una situación, esta se enriquece cuando uno es capaz de aportar más detalles fruto de su experiencia y no solo de imaginar o de tener como referencia un elemento de un tercero. Entonces, la pregunta es, ¿Cómo hace una persona de pie para experimentar lo que se siente pilotando un avión de combate sin ser piloto del Ejército del Aire?
Mi experiencia real con aviones se limita a volar con aviones comerciales y, bueno, con pequeñas avionetas tipo Cesna cuando he ido a realizar saltos de paracaidismo. Por supuesto nunca pilotando. Así que, de nuevo, ¿cómo responder a la gran pregunta?
La respuesta está en utilizar un simulador virtual. Evidentemente, no es lo mismo que estar en la cabina de un avión real y experimentar la sensación de velocidad de un caza a reacción, así como la fuerza de la gravedad a cada maniobra. Pero sin duda alguna es lo que más se le acerca. En su día tuve la suerte de que me ofrecieran la posibilidad de probar un simulador aéreo militar de AV-8B Harrier en la Base Aeronaval de Rota. Posiblemente esta experiencia sea la más cercana a pilotar un avión de verdad. De hecho, actualmente, los pilotos del Ejército del Aire están obligados a realizar una serie de horas de vuelo periódicamente y, cuando no es posible hacerlas de verdad, ya sabéis que la crisis económica aprieta a todo el mundo, pues las pueden suplir con horas en el simulador.
Pero claro, no se puede decir que un civil pueda tener acceso a un material de este tipo a menudo que digamos, de hecho solo unos pocos afortunados lo logran. Así que, ¿cómo complementar dicha experiencia? Pues con la extensa y amplia oferta de simuladores aéreos disponibles para PC, así como videojuegos de simulación y combates aéreos. Con ellos uno puede recrear infinidad de situaciones que luego poder extrapolar al texto. Sin duda, el primer “videojuego” de simulación aérea que me fascinó en este sentido fue el Super EF 2000 de la extinta Ocean, allá por el año 1996. Era tal su realismo que aparte de tener que utilizar al menos un Joystic (lo recomendable era usar dos), cada tecla del teclado tenía al menos tres funciones diferentes. De hecho, las fuerzas europeas del programa Eurofighter lo utilizaban como sistema de entrenamiento. A él le han seguido muchos juegos que me han encantado, algunos más realistas, otros mucho más arcade.
En los últimos años unos de los que más utilice a la hora de recrear maniobras fueron los dos Tom Clancy Hawx y Ace Combat: Assault Horizon. El motivo fue su amplio catálogo de aviones diferentes y la recreación de muchos entornos urbanos. Si bien es cierto que la ciudad de Sevilla no se encontraba entre ellos, sí que había otras ciudades que sirvieron de referencia para lo que podría ser un combate aéreo a gran escala en una urbe. Ya os podéis imaginar la de veces que practiqué la maniobra del “puente trampa” hasta poder tenerla perfectamente visualizada y calcular como se podría llevar a cabo de la forma más realista posible, dentro claro está de su infernal dificultad.
Bueno y esto es hablando para recrear escenas de acción aéreas, para el tema espacial también me di mucha caña pero esa, queridos lectores, es otra historia para más adelante. Recordad, todo está conectado.